ONENA EMATEKO GARAIA

Nuevo contexto político para la Paz

Si la mayoría de la sociedad vasca está convencida de que la actividad de ETA toca a su fin, lo es por múltiples razones, pero básicamente por la exigencia de la propia sociedad vasca que ha negado y combatido sistemáticamente la legitimidad de la violencia y por el cambio estratégico de la izquierda abertzale que, además de apostar por vías exclusivamente políticas y democráticas, rechaza expresamente la violencia de ETA.

Deben desaparecer de raíz y por completo las tentaciones de querer hacer usos partidistas del objetivo de la paz. Es necesario aprovechar esta oportunidad. El valor de la Paz hay que preservarlo con actuaciones que ayuden a su consolidación.

Construcción de un escenario de paz y reconciliación

• La paz desde la dimensión política

El logro de la paz se realiza en una serie de condiciones políticas y en un contexto determinado. Evidentemente, se ha producido una alteración de las condiciones sociales y políticas que sustentaban la situación de la violencia y ello ha desencadenado el tránsito hacia una situación de paz.

La consolidación de una situación de paz pasa también por la profundización democrática. Una profundización que impida la manipulación de las reglas de juego para la obtención de objetivos políticos. Las estrategias de ilegalización y exclusión de opciones democráticas, además de generar crispación socio-política y desconfianza hacia el sistema, resultan contrarias al bien de la paz y la justicia.

• La paz desde la dimensión social

La tensión política que ha generado y genera la existencia de la violencia impide, en muchos casos, mantener una coherencia ética sobre el respeto sin lagunas a la dignidad humana y a todos los derechos humanos que de ella se derivan.

El proceso protagonizado por la sociedad vasca, caracterizado por un mayor nivel de conciencia de lo que significa la violencia y su posicionamiento inequívoco de rechazo, nos ha permitido también adquirir conciencia de la necesidad de compartir el sufrimiento injusto de todas las víctimas, con independencia de su adscripción política.

La defensa de todos los derechos humanos, el derecho a la vida y a la integridad física de la persona, los derechos civiles y políticos, constituyen el principio ético básico a partir del cual construir un escenario de paz y reconciliación.

La construcción de una cultura de paz y reconciliación a partir de ahora, requiere integrar los múltiples relatos del pasado y afrontar desde una visión democrática el futuro, contando con el máximo consenso social y político.

La paz desde Donostia y su Ayuntamiento

El Ayuntamiento, como institución representativa de la sociedad y la más próxima al pueblo y a sus conciudadanos, está llamado a ser agente pacificador de primer orden. Su contribución a la pacificación comienza en la propia dinámica municipal, tanto en la actitud como en la actuación política que se desarrolle en nuestro Ayuntamiento.

Dado que las rupturas y divisiones producidas por la falta de paz y la violencia de distinto signo afectan a las víctimas y al tejido social vasco y gipuzkoano en general y donostiarra en particular, el Ayuntamiento de Donostia deberá ser un espacio desde donde trasladar a la vida social de nuestra ciudad una actitud que favorezca la convivencia reconciliada.

Por tanto, el Ayuntamiento de Donostia habrá de implicarse en iniciar la renovación y reconciliación de la convivencia social a partir de unas bases compartidas.

Dos compromisos ineludibles

Compromiso ético con la dignidad de la persona

• Ninguna idea o proyecto político, ni su defensa, ni la denuncia de una injusticia, ni la razón de Estado, es anterior o superior al valor de la dignidad humana.

Compromiso político con la democracia

• Ninguna idea o proyecto político defendido exclusivamente por vías pacíficas y democráticas puede ser impedido en su apoyo ni vetado en su realización si cuenta con una adhesión de la mayoría de la sociedad.

Desde este doble compromiso, EAJ-PNV impulsará en Donostia espacios de consenso social para asentar unos cimientos sólidos y compartidos sobre los que se pueda desarrollar en libertad el pluralismo político de nuestra sociedad.

Estos son algunos criterios a seguir:

 Asumir y cultivar el respeto a los derechos humanos como piedra angular para reconstruir las relaciones políticas en el ámbito del Ayuntamiento y entre la ciudadanía donostiarra y la vida municipal. El respeto de los derechos humanos individuales y colectivos constituirá la arquitectura básica de la práctica democrática ejercida desde el Ayuntamiento. Los proyectos y programas políticos deberán incorporar la defensa efectiva de los derechos humanos.

 Recuperar el respeto y la confianza mutua para construir una convivencia más justa. Las relaciones entre los representantes municipales deberá basarse en el respeto y aceptación de la persona y las diferentes ideas políticas. Esta actitud contribuirá a deshacer la espiral de odio, recelos, venganza, dominación y fracturas. Ello ayudará a crear un clima de distensión constructiva en nuestra ciudad a nivel personal y social.

 Trabajar la escucha y el diálogo constructivo. Es necesario desterrar de la vida municipal el uso verbal hiriente, engañoso y destructivo para pasar de una dinámica de enfrentamiento al de encuentro. El diálogo en un clima de escucha mutua e intercambio sincero de opiniones e ideas políticas será la vía para superar los conflictos, alcanzar acuerdos y avanzar hacia una paz integral.

Esta iniciativa persigue constituir en Donostia un foro local para la convivencia, un espacio plural de ámbito municipal donde definir de manera compartida las acciones que nos conduzcan a una convivencia en paz. Para ello, resulta necesario concretar, entre otros, las siguientes tareas:

 El reconocimiento de todas las víctimas, a través de un ejercicio de acercamiento solidario a su experiencia de sufrimiento causado por violaciones de los derechos humanos. Se buscará liberar a las víctimas del dolor que atenaza su existencia para que recuperen una vida digna.

 La educación en la paz de los ciudadanos y, muy especialmente, de las generaciones de jóvenes, para que incorporen a su ADN personal y social la conciencia de que la violencia no es la vía para solucionar los conflictos y que el diálogo y la aceptación de las reglas democráticas son el medio para acordar y convivir en paz.

 El compromiso para cimentar un futuro donde no resurja la violencia, implicando a la sociedad entera. La paz es tarea de todos los donostiarras, sin exclusiones. La paz tiene que ver con los centros educativos, organismos sociales pacificadores, medios de comunicación… con cuya colaboración y participación activa de la ciudadanía donostiarra podrá contar el Ayuntamiento.

 La edificación de un sistema democrático sólido y exigente, donde una convivencia pacificada y una auténtica reconciliación tengan su reflejo, por un lado, en el libre desarrollo de las identidades políticas y sentimientos de pertenencia y, por otro, en el pleno ejercicio de los derechos civiles y políticos y el derecho a decidir del Pueblo Vasco. Será imprescindible conjugar el compromiso de acordar los mínimos democráticos y de respetar la voluntad de la mayoría de la sociedad.

COMPROMISO POLÍTICO

Los candidatos y candidatas de EAJ-PNV para las elecciones municipales en Donostia consideramos que resulta imprescindible, hoy más que nunca, incorporar a nuestro ámbito de actuación y responsabilidad política la tarea de afianzar las expectativas de paz con hechos, consolidando un suelo ético y democrático sobre el que construir la convivencia, rescatando el principio del respeto a la persona y a sus derechos, respeto a las ideas y proyectos, el reconocimiento mutuo. Constituye una demanda ética y política y lo exige la sociedad vasca. Requerirá de esfuerzo, generosidad y lucidez por parte de todos. Los hombres y mujeres de EAJ-PNV asumimos el compromiso. Es el momento de dar lo mejor.