ONENA EMATEKO GARAIA

La crisis del 2.007, exportada desde Estados Unidos a todo el mundo, como un huracán, ha cogido al Reino de España en una situación delicada, con una deuda, tanto pública como privada, muy elevada y con una oferta inmobiliaria desproporcionada y financiada en gran parte con la deuda, lo cual ha originado una tremenda “crisis del ladrillo”. Desde hace muchos años se hablaba de la “burbuja inmobiliaria”, pero todo el mundo creyó que todo era posible, se siguió echando más carbón crediticio a la caldera, sin que el Banco de España actuara y los diferentes gobiernos españoles no quisieron ver la situación crítica, hasta que hace un año, obligado por los mercados, y por la Unión Europea, el gobierno socialista tuvo que comenzar con reformas estructurales profundas, de prisa y corriendo. Perdió un tiempo precioso y malgastó cuantiosas sumas en subvenciones, poco o nada productivas. Según varios expertos existen 3,6 millones de pisos vacíos, en construcción y proyectados, en una España que tendría que reinventar su modelo económico. Hay quienes comparan la situación a la época de 1898, cuando se perdieron las colonias y la economía dejó de depender de ultramar. El paro ha subido espectacularmente (y está a punto de superar la impactante cifra de 5 millones de personas) y se ha instaurado un miedo en la población, que ha reducido el consumo, y el que puede ha generado más ahorro que apenas gasta.

Más adelante, refiriéndome al Ayuntamiento de Bilbao, señalaré que la amortización de la deuda no es un fin en sí mismo. Pero en algunos casos, la deuda es dramática y su amortización aunque sea parcialmente, es un acto patriótico. Y no me refiero a Irlanda. Juzguen ustedes: según los últimos datos oficiales, la deuda de las CC.AA. creció un 32% en 2010, respecto a 2009, situándose en 115.000 millones de euros. Encabezan el ranking: Cataluña (31.900), Comunidad Valenciana (17.600), Madrid (13.500) y Andalucía (12.200). Si añadimos la deuda de las Corporaciones Locales, la cifra asciende a 150.400 millones: Madrid (6.453), Barcelona (1.202), Valencia (890), Zaragoza (748), Málaga (743) y Sevilla (454). Todo ello ha llevado a que la deuda total de las Administraciones Públicas españolas se haya situado a finales de 2010 en 638.000 millones. Y la evolución no es lo positiva que debiera ser. Mientras que la Administración Central ha reducido su déficit del 9,4% del PIB en 2009 al 4,97% en 2010, las CC.AA. han pasado del 2% al 3,39% y algunas de ellas ya han anunciado que tampoco cumplirán sus objetivos durante el presente año. Los expertos dicen “la única fórmula razonable para tranquilizar a los mercados (en otras palabras, a los prestamistas internacionales y nacionales), es reducir el déficit público como primer paso para recortar la deuda (País Negocios. Domingo 24 de abril de 2001). Y es lo que se está tratando de hacer, con un fuerte impacto sobre la inversión pública, los sueldos de los funcionarios o las pensiones.

Pero éste no es el único problema. Antes me he referido al sector inmobiliario. En una conferencia que pude escuchar hace un mes al Director General del Crédit Agricole, señalaba que la crisis española no era la mundial, sino una crisis específicamente española, originada por el sector inmobiliario, que es lo mismo que decir la banca. El balance de bancos y cajas en España es más de tres veces el PIB español. El equivalente al 42% del PIB español, está prestado al sector de construcción y promotores. Esto son unos 442.000 millones de euros en créditos y otros 1,1 billones en créditos hipotecarios. Sumen estos 1,5 billones a la deuda pública y la cifra es escalofriante. ¿Tiene sentido disminuir el déficit público y la deuda? Respóndanse a sí mismos, pero en mi opinión debe hacerse “diferenciadamente”, de forma que no paguen justos por pecadores. Después del “pan para algunos” no puede venir el “hambre para todos”. El experto del Crédit Agricole augura un paro del 25% y señala que en España hay un paro estructural del 8%, son parados profesionales que viven de esto. Algún día habrá que arreglarlo, nos dice, aunque quien lo haga perderá las elecciones. (Correo, 25 de abril de 2011).

Pero aún hay más. Alfredo Sáez, bilbaíno, Consejero Delegado del Banco Santander y, hombre con gran experiencia en el mundo de los negocios, declaraba: “Ya nos gustaría, pero muchas veces los créditos, lejos de arreglar algo, complican más la situación” y añade que “la única salida de la crisis de España pasa por la reducción de crédito a las empresas y a las familias. Es imprescindible”. Y cifró en 200.000 millones lo que falta por caer en el volumen de préstamos. “Por la experiencia en otras crisis, el crédito debe bajar un 30% del PIB. Ya lo ha hecho en un 10% y falta el resto en el 2011 y 2012” (El País 29-04-2011).

Bonito panorama. Podemos enfadarnos y exclamar que abajo los mercados, mueran los bancos. También podemos nacionalizar o sovietizar el País. Malas experiencias. Seamos sensatos. Estamos en Europa y en el sistema euro. España puede cortar con una sierra por los Pirineos y junto con Portugal ir a la deriva, como si fuera un portaviones, al Atlántico. Creo que hay que ser serios y responsables y sacar una conclusión: hay que gastar menos, pagar la deuda y contener el déficit. Es decir, sanear nuestra economía pública y privada.

El asunto es suficientemente trágico para ponerse serios y contestar a lo que, entre chascarrillo y chascarrillo, nos han criticado por amortizar la deuda. Y sin embargo, en nuestro caso, insisto que no ha sido un fin en sí mismo sino una consecuencia de la buena política y la adecuada gestión. Porque lo primero que debe ser un servidor público es un administrador no sólo honrado, sino además eficiente.

¿Cuál es la situación de Bilbao?

La transformación de los últimos años ha supuesto una revolución económica, no sólo en nuestra ciudad, sino en Euskadi. Hace 20 años el peso de la industria en nuestra economía era del 49% del Producto Interior Bruto, y el de servicios el 36%. Éramos líderes industriales en España y en Europa. Ahora los servicios son el 62% de la economía del País Vasco y el 28% de industria. Seguimos hoy en día por encima de la media puesto que la industria en España y Europa rondan el 17-18% del PIB y Estados Unidos se sitúa en niveles parecidos.

Es importante que seamos una urbe de servicios en una región industrial, porque ésta sigue generando mucha riqueza y puestos de trabajo. Eso sí, una industria transformada y sostenible. Para ello, las empresas tienen el reto de la innovación. La capacidad de producción de países como China, India, Brasil, etc., nos lleva a nosotros, en Europa, a tener que hacer una apuesta decidida e inevitable por la innovación. Sin innovación no habrá futuro para nuestras empresas y, por tanto, no habrá futuro ni para sus trabajadores ni para nuestra sociedad.

Y si nuestras empresas tienen que apostar por la innovación, también las ciudades tienen que apostar decididamente por la innovación. La regeneración urbanística nos ha creado las condiciones necesarias para el desarrollo económico y social, para impulsar las tecnologías, el emprendizaje, la creatividad, el conocimiento… Además de la regeneración física, una ciudad debe liderar su estrategia de desarrollo económico y social, siempre desde la sostenibilidad. La apuesta por la innovación y la sostenibilidad, sin duda en estos momentos, está basada en las nuevas tecnologías.

En el Bilbao de hoy necesitamos empresas y personas con mayor capacidad tecnológica, más emprendedores, más creativos y con mayor conocimiento. Estos valores, junto con otros valores sociales como la integración, la transparencia, la pluralidad, la participación y la cohesión social, nos llevan a tener ciudades competitivas y que pueden ofrecer un mejor futuro a sus habitantes. Pero nada de esto es posible si no existe una cultura del trabajo, del amor por el trabajo bien hecho. Esta actitud positiva ha sido la que a este País le ha sacado de la miseria cuando ha habido crisis económicas profundas, convulsiones sociales, guerras y catástrofes. La cultura del ocio no puede arrinconar la del trabajo que tantos buenos resultados ha dado al progreso del País. Sin esta actitud nos faltará lo esencial, que son las personas emprendedoras que han empujado al País adelante.

En una conferencia reciente, ante el Consejo Cívico de la Villa de Bilbao, Pedro Luis Uriarte señalaba las ventajas y desventajas de la economía vasca. Respecto a la española la superaba:

■Un 36% más de PIB que la media española.
■Un 26% más de productividad por persona ocupada.
■Un 48% más en nivel de educación universitaria y F.P. superior.
■Un 45% menos en la tasa de paro.
A finales de 2010 el PIB per cápita vasco era del 136% de la media europea, solamente superado por Luxemburgo.

Como decíamos, el PIB industrial es del 28% y nuestra tasa de graduados superiores en Ciencias y Tecnología es del 27 por mil habitantes, mientras que España tiene un 11,2 por mil.

El I+D en Euskadi el año 2009, según el INE, fue de 2,06%, en Europa la media 1,83% y en España 1,38%.

Como signos positivos cabe señalar también que en el País Vasco existen 2 grandes corporaciones tecnológicas, 4 parques tecnológicos con 403 empresas y 14.000 personas, 18 centros tecnológicos, es sede de BBVA, Iberdrola y el grupo Mondragón, existen 2 grandes ingenierías (Sener e Idom) y 6 de las 21 empresas más innovadoras del Estado.

Pero el mismo autor señala nuestras limitaciones:

■Excesiva fragmentación.
■Demasiada confrontación política.
■Economía de tamaño medio.
■Territorio escaso y densamente poblado.
■Pequeña población.
■Población cada vez más estancada y madura.
■Sin recursos naturales, excepto las personales de sus habitantes.
■Deslocalizaciones empresariales.
■Pérdida de talento.
■Universidades no punteras.
Hay un fenómeno a recalcar: a medida que España se ha ido descentralizando políticamente, se ha ido concentrando el poder económico en Madrid. Se está produciendo una deslocalización a favor del centro, propiciada por el Gobierno Español y desde luego impulsada activamente desde otros poderes. Con este “efecto aspiradora” estamos exportando talento, singularmente a Madrid.

Como conclusión hay que resaltar que un País que en los años 90 tuvo un 24% de paro se ha levantado y ha conseguido ser una de las regiones europeas más prósperas. Por tanto, las generaciones actuales han trabajado y han sacado al País adelante. Ahora hay que hacerlo más competitivo. Competir en ciertos productos con una mano de obra barata como la china es imposible. Si un obrero alemán o vasco cuesta, por ejemplo, 20 euros a la hora, uno chino cuesta del orden de 0,5 euros. Construye un juguete cuarenta veces más barato que nosotros. Nuestra competencia puede ser real, pero sólo si la centramos en lo complejo y en lo innovador. Del mismo modo que internacionalizar nuestras empresas es conseguir que aquí sean más fuertes y competitivas.

Problema actual.-

Nos encontramos con un País con un índice de paro elevado. Aunque nuestras tasas de paro son menores que la media española, (la de Gipuzkoa es la mejor de todo el Estado -8,9%, Araba tiene un 11,5% y en Bizkaia padecemos un 13,3%, es decir un 49% más que en los vecinos gipuzkoanos), no es un consuelo. Hay miedo y el miedo paraliza. Puede derivar todo ello en un conformismo peligroso. Todavía la inercia puede hacer que durante unos años seamos una de las regiones europeas más prósperas, pero una parálisis conformista nos puede llevar a dejar de serlo.

La edad media de nuestra población no es una ventaja. Un índice de natalidad de los más bajos de Europa y una esperanza de vida de las más altas, dificulta la situación. A veces incluso lo positivo, la esperanza de vida, se convierte en un problema por el costo de las necesidades de servicios sociales que conlleva. En esta situación, se suscita el fenómeno de la inmigración que, reconozcámoslo, ha significado riqueza y una ocupación de puestos de trabajo – naturalmente diezmados por la crisis – que no eran demandados por los autóctonos. Vean cuántas sillas de ruedas son empujadas por inmigrantes y por autóctonos en el Parque de Doña Casilda y verán la realidad de la situación que viviremos cada vez más acusadamente.

Los 4 últimos años han sido importantes.

En primer lugar ha habido un estricto rigor económico y una gran transparencia en la gestión, y eso no lo dice el Alcalde, sino las auditorías y los reconocimientos que hemos recibido. Hemos invertido 600 millones de euros, de los que 100 provenían del fondo estatal para los Ayuntamientos. En marzo de 2011 hemos acabado de amortizar la deuda histórica que pesaba sobre el Ayuntamiento; Doscientos millones amortizados, cuando había que hacerlo.

El pago de la deuda no es un fin en sí mismo, pero dada la situación general de Reino de España y de la mayoría de los Ayuntamientos, nos coloca en una situación inmejorable para afrontar el futuro y endeudarnos, si es necesario, en proyectos estratégicos para Bilbao. ¿Cómo lo hemos conseguido? En el primer mandato, en minoría, apenas nos dejó la oposición gastar e invertir dado que no fuimos capaces de aprobar presupuesto alguno. Pero la senda de la amortización estaba aprobada. En segundo lugar, los años de bonanza fiscal y la venta de Bilbogas nos han supuesto ingresos importantes dentro de una política prudente y rigurosa del gasto y, en tercer lugar, las alianzas, fundamentalmente la muy valiosa con la Diputación Foral de Bizkaia, han conseguido el resto. El Palacio de Deportes, financiado al 50% es un ejemplo, como lo son la construcción por la institución foral del Frontón Bizkaia en terrenos cedidos por el Ayuntamiento, al igual que las residencias de mayores de Rekalde, Txurdinaga o Bilbao la Vieja y el nonato Centro de Día de Isozaki Atea. Tengo que expresar mi profundo reconocimiento, por su visión y apoyo, a nuestra Diputación y, singularmente, a José Luis Bilbao, su Diputado General.

Hemos invertido más de 200 millones en los barrios de Bilbao, sobre todo en los barrios altos (Monte Caramelo, Betolaza-Uretamendi, Uribarri Goikoa, Zurbaranbarri u Otxarkoaga) y Bilbao ha seguido con su transformación merced a un coliderazgo público y privado. De ello son ejemplo la Torre Iberdrola, la Biblioteca de Deusto y el Paraninfo de la UPV, el Teatro Campos – construido merced al Ayuntamiento y la Sociedad General de Autores – la Alhóndiga y el avance del Plan Zorrozaurre, a pesar del traspiés jurídico que sufrió, que ya ha quedado superado.

Hemos recuperado el déficit en algunos equipamientos que faltaban en Bilbao. Así por ejemplo, los polideportivos de Atxuri, Miribilla, La Peña, San Ignacio (palacio de la raqueta), Zorroza (pista de hockey y cubrición de pádel), los centros municipales de mayores de Atxuri, Zorroza, Isozaki, Caserío Agirre en Arangoiti, Torre Giña en Irala o los campos de fútbol de San Ignacio, San Antonio de Iturrigorri o Artxanda o las haurreskolas de Cervantes en Abando, Goya en Otxarkoaga, San Francisco en Bilbao la Vieja, Zorrozgoiti en Zazpilanda y Zankoeta en Basurto.

La alianza con la Diputación Foral de Bizkaia ha sido fundamental, pero también hemos conseguido acuerdos con otras instituciones. Con el Gobierno Vasco para avanzar en Zorrozaurre; con el Ministerio de Medio Ambiente para arreglar los muelles de la Ría, merced a un acuerdo político anterior del PNV en los presupuestos generales de 2010; con el Departamento de Sanidad del Gobierno Vasco para construir nuevos Centros de Salud.

E importante ha sido el paso adelante en la internacionalización de Bilbao. Nuestra estancia en la Exposición Universal de Sanghai, al lado de grandes urbes, era un desafío para nosotros. Que una ciudad media, como es Bilbao, estuviera al lado de París, Osaka o Madrid, fue un paso importante. Y que nuestro humilde, pero muy atractivo, stand fuera visitado por más de 1.300.000 visitantes, una enorme alegría, como premio al trabajo bien hecho como lo fue la concesión del premio Lee-Kwan-Yew en Singapur, superando a otras cien ciudades y con candidaturas muy valiosas.

Nuestras nuevas relaciones estratégicas con Milán persiguen conocer mejor la gran ciudad económica y del diseño de Italia y poner la vista en la Exposición mundial de 2015, dedicada a la gastronomía.

Por último seguimos manteniendo una relación de privilegio con Burdeos e iniciamos conversaciones con Rabat, no solamente poniendo el acento en el mundo económico, sino también para colaborar en los inmigrantes que, desde Marruecos, habitan en nuestra ciudad. Es mejor colaborar para conocer su situación que desconocerla, para buscar mejores fórmulas de convivencia.

Los retos del futuro.-

Decíamos que la situación económica de Europa en general y del Reino de España en particular, es muy delicada. Parece oportuno por lo tanto proseguir con una política prudente en cuanto a lo económico. Orden, prudencia, transparencia y rigor serán nuestros ejes de actuación. Transparencia en la contratación, recursos humanos y sueldos públicos. Control económico y austeridad, evitando endeudamientos excesivos y solamente para proyectos estratégicos. Hay dos desafíos estratégicos importantes en el futuro inmediato, el Plan Zorrozaurre, con la apertura del Canal de Deusto, (con el objetivo de conseguir paliar un poco más el riesgo de sufrir inundaciones catastróficas) y la llegada del Tren de Alta Velocidad a la estación de Abando. El tren va a resultar un elemento dinamizador de la Villa. Cerca deberá existir una oficina turística que explique Bilbao y sería deseable que también Bizkaia. Pero la propia construcción de la estación requerirá esfuerzos urbanísticos y económicos. Pero es una oportunidad para que el Ensanche y Bilbao la Vieja estén más cerca, sin tanto obstáculo, y lo es también para seguir mejorando en el tráfico urbano. Aprovechémosla para construir una segunda intermodal, al igual, en su filosofía, que la existente en San Mamés, sólo que con Tren de Alta Velocidad. Para que la ciudad siga viva, dinámica y preparada, tanto para el turismo como para futuros inversores, y naturalmente para dotar a los ciudadanos de una calidad de vida, es prioritario mantener y garantizar al mejor nivel los servicios básicos: la limpieza, el cuidado de parques y jardines, el transporte público, la seguridad, la educación, la iluminación, con el mayor ahorro energético posible, y el suministro de agua. No se puede hablar de calidad de vida sin el concurso de todos estos factores, en los que el Ayuntamiento tiene un campo de actuación muy claro. Naturalmente en algunos de ellos, como en la seguridad, hay un coprotagonismo con la Ertzaintza, la policía autónoma y las competencias en extranjería de la Policía Nacional. Pero para luchar contra el delito, dirigir el tráfico y hacer cumplir las ordenanzas, está la Policía Municipal. Nuestro compromiso es claro: dotarla de los recursos suficientes, mantener el número de 850 miembros y por supuesto, poner en marcha el nuevo edificio en Miribilla, junto al parque de bomberos. A ello vamos a añadir también el segundo parque de bomberos, bajo el puente de Deusto, obra en avanzada construcción. Esto significa que abandonamos Garellano (ya lo ha hecho el centro de distrito y anteriormente el Área de Salud y Consumo), cedido como saben a Bilbao Ría 2000 para la construcción de viviendas, con el proyecto ganador suscrito por William Roger. Todo ello con tal de seguir manteniendo una ciudad segura, como es hoy Bilbao, tal como afirman los informes del Departamento de Interior, de la Fiscalía y los del Ayuntamiento.

Una ciudad de estas positivas características es fundamental para que los emprendedores y los inversores se fijen en ella. Soy poco amigo de las subvenciones. Siempre he creído que entre enseñar a pescar o regalar los peces, lo primero es más duradero, efectivo y a la postre un medio de vida. Por eso creo que hay que seguir fortaleciendo Lan Ekintza, para apoyar a los emprendedores y a la pequeña empresa y al comercio, también a través de la mesa del comercio, y naturalmente colaborar con el nuevo organismo Lanbide del Gobierno Vasco, tras las asunción de competencias de empleo. Concluir la segunda parte del Mercado de la Ribera y apoyar a los mercados de Bilbao, sin olvidarnos de Mercabilbao, donde recientemente hemos firmado un acuerdo con nuestro socio Mercasa para que funcione ilimitadamente sin cortapisas del tiempo ni de la incertidumbre. Del mismo modo pretendemos tranformar el matadero, la parte municipal, en un vivero de empresas al lado de nuevas viviendas y parques en la zona norte de Zorroza, al igual que se llevará a cabo la prolongación del Parque Tecnológico de Zamudio en terrenos de Zorrozaurre, tal como firmamos con el Gobierno Vasco y la Diputación de Bizkaia.

Llegar a un acuerdo con los empresarios de la construcción para racionalizar los aparcamientos que acompañan a las viviendas ha tenido ya un paso importante con Askobi, que debe completarse en sede plenaria.

El Ayuntamiento seguirá adelante con el plan de sedes. Abierto el nuevo edificio de San Agustín, se transformará el anexo al palacio municipal donde se ubicará CIMUBISA. Saben ustedes que su actual ubicación de la calle Mazarredo ha sido enajenada para una Fundación para desarrollar las Matemáticas. Sin embargo, el siguiente paso debe ser la reubicación de las sociedades municipales, ahora dispersas por la villa. Unificadas las Áreas en Aznar y en San Agustín, el siguiente paso es reunir Surbisa, Viviendas Municipales, Bilbao Kirolak, Bilbao Turismo, Bilbao Next y Lan Ekintza, en un nuevo edificio, vendiendo las oficinas actuales de esas sociedades. Será un paso más en el abaratamiento de costes que la dispersión actual encarece.

Capítulo aparte merece la renovada y permanente atención a los barrios. Programamos 2.000 nuevos aparcamientos de superficie, dentro de un “Plan de Barrios” consistente en 200 actuaciones que deberán ser estudiadas y decididas por los propios distritos para su ejecución. Terminar Monte Caramelo, avanzar en Masustegi e iniciar Punta Zorroza, además de Zorrozaurre serán objetivos fundamentales, sin olvidar las nuevas proyecciones de viviendas en Bolueta, Garellano, Miribilla, Zorroza y Rekaldeberri. No se nos olvida el plan especial de San Francisco-Zabala, ni la atención a los barrios altos, en los que en la actualidad se construyen ascensores (v.g: Iturribide, Travesía C de Uribarri, Tutulu, etc...)

En el nuevo mandato se añadirá al Metro la Línea 3, desde Etxebarri hasta el Casco Viejo y habrá avanzado el camino hacia el aeropuerto, al igual que el proyecto de la Línea 4 hacia Rekalde.

Por nuestra parte nos comprometemos a remodelar Termibús, sin perjuicio de lo que se haga en el nuevo Abando, con la llegada del Tren de Alta Velocidad.

El nuevo campus tecnológico universitario que se construye en Basurto será fundamental para el futuro, amén de la nueva Facultad de Medicina. Apoyaremos a la U.P.V. y humildemente a la Universidad de Deusto que lleva ya más de 100 años en Bilbao. San Mamés Barria será un hecho y también la nueva entrada a Bilbao que construyen en estos momentos la Diputación Foral y Bilbao Ría 2000, lo que posibilitará el derribo del “escalextric” de Sabino Arana y la recuperación de un bulevard. Lo mismo que Bilbao Ría 2000 pondrá en marcha el soterramiento de FEVE en Irala, financiado por FEVE, Diputación, Ayuntamiento y la propia sociedad.

Pero en estos cuatro nuevos años tomarán cuerpo y alma los nuevos elementos culturales de la Villa, llámense Alhóndiga, Teatro Campos o Sala BBK, que han nacido en este mandato. El Frontón y el Palacio de Deportes también se habrán desarrollado, y en este es posible que en Aste Nagusia pongamos en marcha algún concierto municipal, puesto que la explanada de Botica Vieja, con una flamante clínica delante, tiene sus años contados para esos propósitos. Lo mismo que La Casilla deberá ser reutilizada pensando que en San Mamés Barria se construirá un nuevo polideportivo.

“Bilbao cómo has cambiado” dice la canción botxera. Pues bién, habría que cambiar la letra, añadiendo que más va a cambiar, siempre a mejor. Ahora con orden y disciplina tenemos que superar estos años amargos de la crisis y el desempleo para salir de la misma fortalecidos. Nuestra alianza estratégica con la Diputación Foral ha dado y los dará sus frutos más aún en el futuro. Vamos a proseguir porque las sinergias son fundamentales, pero una política abierta, dispuesta a alianzas institucionales y otras de tipo público-privadas son esenciales.

Una ciudad viva, innovadora, dinámica y, a la vez, limpia, ordenada y transparente, que apuesta por el empleo, la seguridad, la educación y la cultura, no sólo es posible, sino necesaria. Un Bilbao dotado de estos valores, en los que este Alcalde, su partido y su equipo crecen firmemente, enraizado en una Bizkaia potente, colaborando con Euskadi, España, Europa e internacionalizando su marca y su figura, es deseable. E indispensable.

Hagámoslo, porque es posible y en ese hermoso objetivo, quiere comprometer los cuatro próximos años de mi vida.